Carme Chacón entre todas las mujeres (Nicolás Salas Ramos)

El santoral laico del pesebre de la PSOE ha incorporado inesperadamente un nuevo nombre: Carme Chacón. La que fue tachada prácticamente de traidora entre sus filas por presentar su candidatura a la secretaría general del partido y enfrentarse contra el 'aparato' entonces representado por el 'hombre de Estado' (la derecha dixit) Rubalcaba, se ha convertido por obra y gracia de su repentina muerte en 'mujer de Estado' en la que convergían las esencias más puras de la socialdemocracia a la que esas siglas deberían volver más pronto que tarde si no quieren acabar en la insignificancia política.

Tan valiosa para sus compañeras era que tras perder en las primarias se encargaron de quitarle cualquier oportunidad de aportar ni de hacer nada mínimamente provechoso ni en el Congreso ni en el partido. Y claro, Carme hizo lo que mucha gente en sus mismas circunstancias no hace: mutis y seguir su carrera profesional esperando (o no) a que en su formación soplasen vientos más favorales para sus tesis. Si por tan valiosa la tenían, ¿cómo es que tan apartada estaba tanto de la vida institucional como de partido en el momento en que falleció?

La política, la de verdad, en un sistema representativo debe parecerse lo más posible a aquéllas a quienes dice representar. ¿De qué fue Carme Chacón representativa? De un catalanismo abierto e integrador, sin complejos en afirmar su identidad, su hecho diferencial, y al mismo tiempo capaz de buscar complicidades al otro lado del Ebro para reformas que llevaran a un Estado español capaz de reconocer sin rupturas su diversidad. De un feminismo más de gestos que de conquistas reales para la igualdad pero que abrió camino para que las reformas en favor de las mujeres se pudieran concretar más adelante. De una generación hija de los cambios de la transición que pensaba que todavía ésta no había alcanzado sus más altas cotas democráticas y que la Constitución de 1978 era un marco todavía útil para seguir avanzando en derechos sociales y en libertades civiles.

En el panorama político de hoy en el Estado español parece que la muerte de Carme Chacón se ha producido a la vez que todas esas ideas que ella luchó por representar. Lo más reseñable de todas las reacciones que se han dado a su desaparición es que se trata de la primera vez en nuestra historia más reciente que el fallecimiento de una mujer política cosecha un grado tan amplio de reconocimiento y de homenaje. Va siendo hora de que nos vayamos acostumbrando a escuchar eso de 'mujer de Estado' y no sólo su versión en masculino.

Con tus aciertos y tus errores, gracias, Carme.